Desde una permanente aspiración a la innovación estética, el teatro de Alfonso Vallejo está orientado a una clara superación del realismo, a través de una escritura marcada por la introspección analítica y filosófica. La heterodoxia, el ánimo de traducir sobre la escena la soledad humana, la heterogeneidad en planteamientos y desarrollo y una estructura definida por el policromatismo (vinculado sin duda a la plástica inducida por su dimensión pictórica), son otros tantos rasgos de su obra dramática. Sus piezas han sido representadas en países como Estados Unidos, Argentina, Méjico, Venezuela, Inglaterra, Francia, Portugal, Alemania, Italia y Polonia, y publicadas en su mayor parte. Toda su bibliografía está disponible en Internet, con "Alfonso Vallejo" como enlace.
En palabras de Francisco Gutiérrez Carbajo, 'Alfonso Vallejo, atento siempre a las continuas transformaciones que se están produciendo en las esferas artísticas, literarias y sociales, no podía mantenerse ajeno a la representación del protagonismo que en los últimos tiempos han adquirido las mujeres en todos y cada uno de estos campos. Y lo ha hecho, como tenía que hacerlo, con su escritura y con su pintura, dos actividades que complementan de manera ejemplar su carrera científica y su profesión médica'.